
Con el uso de lentes, pueden sobrevenir problemas de la piel, como micosis (infecciones por hongos) o dermatitis de contacto. Dado que convivimos constantemente con hongos, virus y bacterias, es importante:

1. Cambiar las plaquetas (o almohadillas nasales) cada cierto tiempo, especialmente si ellas lucen un aspecto amarillo.
2. Desinfección: lavar bien las manos y con la ayuda de un paño impregnado con alcohol y un palillo (o un elemento con punta), pasar el paño sobre las plaquetas en ambas caras y sobre el metal o plástico donde se insertan. Procurar hacerlo cada noche, especialmente si han salido a la calle.
3. Evitar la humedad facial: limpiar la piel frecuentemente con un paño suave y libre de químicos. O limpiar con agua tibia la piel y secarla con golpecitos suaves. En lo posible, no emplear productos químicos sobre la piel, excepto un protector solar libre de parabenos. Posterior a la limpieza facial, pueden ayudarse de un tónico para cerrar los poros y de un aceite que hidrate la piel.
4. Antes de poner y retirar los lentes, lavar o desinfectar sus manos. Tomar las gafas de los lados y en lo posible, desinfectar también, las varillas.
5. Revisar que el empaque donde se almacenan, esté limpio.
Los médicos recomendamos un chequeo general anual con el optómetra para revisar también, la agudeza visual. Así que, no abandonen su salud visual y sean responsables con el autocuidado de la piel.
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